¿Alguna vez has leído alguna novela que mantenga toda tu atención, de tal suerte que no puedes pausar porque la historia es muy interesante? Pues con la misma estrategia deberían ser desarrollados los materiales para capacitación, pues la gran mayoría son áridos para su lectura, de tal suerte que requieres leer varias veces un párrafo para comprender su significado, especialmente en los curos muy técnicos. Al respecto, el diseñador instruccional se enfrenta todos los días ante el reto de convertir información compleja en simple, y hacerla clara y concisa para el lector.
Las estrategias que sugiere Audrey Wiliams, experta en el desarrollo de materiales para capacitación, aderezadas con algunas técnicas de mi autoría que he puesto en práctica, se traducen en cuatro acciones principales a considerar.
- Determinar el contenido en forma específica: Formular un objetivo es indispensable para delimitar las acciones que el participante deberá llevar a cabo para conseguir su aprendizaje. Un objetivo se construye utilizando la siguiente estructura: (qué, cómo y para qué).Una vez que se tiene delimitado el objetivo, entonces se establece cuál es el contenido y a quién estará dirigido. ¿Qué es lo que los participantes deben aprender? ¿Qué preguntas se deben formular para que el lector profundice en su aprendizaje?
- Estructura del material:Una vez que la información que contendrá el curso sea aprobada, habrá que identificar de qué forma se diseñarán los contenidos así como la plataforma en los que serán expuestos, tales como infografías, mapas conceptuales, mapas mentales, animaciones, etc; todo ello para dosificar la información, para que de esta forma, el participante pueda asimilar la información de manera adecuada y con base a su propio estilo de aprendizaje.
- Redacción y ortografía:Se tiene la percepción de que la ortografía y redacción ha sido descuidada en los últimos años; incluso es evidente encontrar errores de esta naturaleza en distintas publicaciones serias como revistas o periódicos de circulación nacional. El uso de comunicación abreviada para la conversación que los jóvenes sostienen en sus dispositivos móviles, ha propiciado que la escritura seria y formal no sea tomada con la seriedad que amerita.Los materiales didácticos que se entregan al participante, ya sea de forma presencial o a distancia, deben ser revisados minuciosamente, incluso, por personas ajenas al proyecto, a fin de detectar cualquier inconsistencia o falla. Un error en la redacción de un párrafo puede cambiar la intencionalidad del discurso.
- Escritura clara y concisaLos términos rebuscados y los clichés deben ser eliminados; éstos no definen el potencial de un autor, por el contrario, dificulta al usuario la posibilidad de avanzar ágilmente en la lectura. Si algún concepto es difícil de exponerlo por escrito, siempre está el recurso de hacerlo de otra manera, empleando, ejemplos o analogías.
El cuidado en los textos es sumamente importante en la elaboración de materiales de capacitación, sean éstos presentaciones, videos, o manuales escritos. Los usuarios cuyas edades oscilan entre los 18 y 25 años, no cuentan en su mayoría, con la paciencia necesaria para leer información completa, en vez de ello, “escanean” el texto para detectar los extractos más importantes. Si estas porciones de texto no están bien redactadas, es posible que la comprensión de un concepto sea errónea.
Consejo práctico:
Siempre se recomienda que el equipo a cargo del desarrollo de este tipo de materiales, invite a personas que no estén involucradas en el tema, a leer cada uno de los contenidos para verificar si existe algún error de dedo, ortografía o falla en la redacción de los textos. Este tipo de acciones garantizará la depuración de los textos.