Hay personas que tienen un coeficiente intelectual por arriba del promedio; son individuos muy inteligentes que pueden hablar de cualquier tema, sin embargo, al momento de realizar una presentación, no siempre tienen a su favor la personalidad necesaria para mantener cautiva a la audiencia. Por lo general, son presentaciones aburridas porque centran su discurso en la gran cantidad de información que poseen, omitiendo aspectos básicos de cómo transferir ese cúmulo de datos para que el público lo comprenda de manera sencilla.
Cuando se trata de una presentación datos, la dificultad francamente aumenta, por lo que el dinamismo es un punto clave para generar energía y positivismo dentro en el espacio de la reunión. Ser dinámico hará que la audiencia mantenga por más tiempo la atención y ayudará a reforzar el mensaje.
Doug Neff, experto en el tema de presentación de datos, nos comparte que el secreto de una presentación dinámica es la intencionalidad y ésta debe manifestarse en distintas formas, por ejemplo, cuando se ensayan los contenidos de la presentación, al estudiar la secuencia y articulación de las ideas, cuando se buscan las palabras más adecuadas para persuadir a la audiencia, así como la planeación de posibles preguntas que pueden lanzarse durante la exposición. Todo ello forma parte de la planeación natural, sin embargo, suele omitirse un aspecto muy importante que es la comunicación no verbal, la cual apoya en forma decisiva a que el mensaje sea recibido con mayor efectividad.
A medida que se practica la presentación, surge siempre la siguiente pregunta: “¿Cómo se puede ser más útil con los movimientos de mi cuerpo y la voz, para tratar de persuadir?”. La intención precisamente adecúa la forma en cómo se mueve el ponente en el escenario, lo que hace con sus manos, y como usa la voz. Ésta es la clave para tener mejores resultados en el desarrollo de presentaciones ejecutivas, sobre todo cuando se tienen que presentar datos estadísticos.
En seguida, se revisarán algunas técnicas para tomarlas en cuenta en caso de que el contenido de la presentación sea árido y se requiera de aplicar mecanismos para que la audiencia no se aburra y se pierda en las cifras y estadísticas. Cabe recordar que no hay reglas escritas sobre cómo implementarlas, pues depende de las fortalezas y debilidades que cada ponente posea.
- Haz que el movimiento de tu cuerpo sea importante.
Cuando te paras enfrente del público, los movimientos de brazos, manos y pies pueden ser un distractor o un alivio. A diferencia de tomar una postura arrogante detrás del podio, busca moverte con cierta intención o propósito. Si aprecias que los asistentes están inquietos, distraídos o simplemente apáticos, camina cerca del área en donde se encuentre el problema y aumenta la voz para que el resto mire hacia ellos.
Un presentador dinámico reconoce que sus movimientos también comunican una historia y que más que restar, suma fuerza al mensaje que se desea transmitir.
- Habla con las manos
El Washington Post realizó una entrevista a la experta en comunicación oral, Vanessa Van Edwards, quién ha estudiado recientemente la plataforma de divulgación de contenido Ted Talks. Van Edwards comentó que las conversaciones que se volvieron virales fueron aquéllas en donde el orador utilizaba mucho sus manos. Cuando el cerebro ve los gestos de las manos, al mismo tiempo que escucha la voz, obtiene dos explicaciones en una.
- Manipulación de la voz
Si has escuchado un audiolibro cuyos pasajes te mantuvieron al borde de tu asiento, es porque los diálogos te provocaron emociones distintas, incluso el llanto. Al igual que la persona o personas que narran estas historias, el presentador tiene la obligación de usar su voz para mantener cautiva a la audiencia.
Si la voz permanece en el mismo tono, la audiencia no distinguirá lo que realmente es importante de lo que no lo es. Hay que dirigir la atención a los puntos principales, usando pausas estratégicas, variando el tono de la voz y la velocidad del habla.
Antes de comenzar la presentación, es importante que el expositor tome tiempo suficiente para planificar los movimientos, pensar en qué parte del estrado se detendrá. Así mismo también hay que pensar de qué manera las manos van a reforzar los mensajes que se pretenden dar a conocer. Para terminar, la voz es esencial, hay que planear en qué parte de la presentación el ponente subirá el tono, y en qué momentos bajará la voz o modifique el ritmo de la conversación o incluso, en qué momento hablará pausadamente.
La pasión con que el ponente se manifieste será vital para que la audiencia confíe en la información que se está mostrando, por lo tanto se recomienda ensayar varias veces la el contenido, planeando los momentos en que la voz, las manos, la postura, cobren protagonismo para generar expectación y mantener al máximo los tiempos de atención, que hoy en día son difíciles de sostener, debido a que los jóvenes de hoy en día, registran patrones de comportamiento distintos a generaciones anteriores, quiénes no poseían tantos distractores a su alcance, como lo son actualmente los teléfonos celulares.